La síntesis del acrilato de octilo implica principalmente la esterificación del ácido acrílico con octanol, una reacción química optimizada para obtener altos rendimientos, pureza y escalabilidad. El proceso comienza mezclando ácido acrílico (CH₂=CHCOOH) y octanol (CH₃(CH₂)₇OH) en un reactor, generalmente en una proporción molar de 1:1,1 (ligero exceso de octanol) para impulsar la reacción hacia adelante. Se añade un catalizador, como ácido sulfúrico, ácido p-toluenosulfónico o un catalizador ácido sólido, para acelerar la esterificación, la cual ocurre bajo condiciones de reflujo a 80-120 °C. El agua, subproducto de la reacción (CH₂=CHCOOH + CH₃(CH₂)₇OH → CH₂=CHCOO(CH₂)₇CH₃ + H₂O), se elimina continuamente mediante un aparato Dean-Stark para desplazar el equilibrio hacia la formación del acrilato de octilo, incrementando los rendimientos hasta más del 95 %. Tras finalizar la reacción, la mezcla cruda se neutraliza con una base (por ejemplo, carbonato de sodio) para eliminar el ácido y el catalizador residuales, y luego se lava con agua para eliminar sales y octanol no reaccionado. La purificación se logra mediante destilación fraccionada bajo presión reducida, separando el acrilato de octilo de las impurezas restantes y alcanzando una pureza ≥99 %. Finalmente, se añade un inhibidor (por ejemplo, éter monometílico de hidroquinona) para evitar la polimerización prematura durante el almacenamiento. Los métodos avanzados de síntesis utilizan reactores automatizados y catalizadores eficientes para reducir el consumo energético y los residuos, garantizando así una calidad constante y sostenibilidad.