Los alternativos del acrilato de octilo son monómeros o polímeros que pueden reemplazar al acrilato de octilo en aplicaciones específicas, ofreciendo propiedades similares tales como flexibilidad, adherencia o resistencia climática, y suelen elegirse por motivos de costo, disponibilidad o compensaciones de rendimiento. El acrilato de 2-etilhexilo (2EHA) es la alternativa más común, con una estructura química similar (cadena alquílica ramificada) que proporciona flexibilidad y rendimiento a bajas temperaturas comparables, lo que lo hace intercambiable en muchas formulaciones de adhesivos y recubrimientos. El acrilato de butilo ofrece buena flexibilidad y adherencia a un costo menor, aunque puede presentar una resistencia climática ligeramente inferior, siendo adecuado para aplicaciones interiores o productos sensibles al costo. El acrilato de isobutilo proporciona una mejor resistencia química en comparación con el acrilato de octilo, y se utiliza en recubrimientos industriales que requieren mayor durabilidad. El acrilato de metilo, aunque más rígido, puede mezclarse con monómeros más blandos para imitar las propiedades del acrilato de octilo en formulaciones específicas. Para aplicaciones sostenibles, los acrilatos basados en fuentes biológicas (por ejemplo, acrilatos derivados de ácidos grasos) actúan como alternativas ecológicas, reduciendo la dependencia de materias primas petroleras. Cada alternativa presenta ventajas y desventajas: 2EHA iguala el rendimiento, pero puede tener costos similares; el acrilato de butilo es más económico pero menos duradero al exterior; y las opciones basadas en biomasa son más sostenibles, aunque suelen ser más costosas. La elección depende de los requisitos de la aplicación, con formuladores seleccionando alternativas basándose en un equilibrio entre rendimiento, costo y cumplimiento regulatorio.